Wednesday, July 13, 2011

Disparates de verano

José Manuel Suárez Mier
3 de julio de 2011

Las noticias se generan con una celeridad atorrante en el mundo financiero global y en torno a personajes que juegan papeles estelares en él. Como era previsible para muchos, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) eligió a su siguiente líder por cuota regional y no por aptitud.

No tengo nada contra Christine Lagarde. Me parece una abogada capaz y una política astuta, pero carece del perfil adecuado para lidiar con la pertinaz crisis en Grecia, cuyas violentas imágenes con tufo a gas lacrimógeno llenaron las pantallas de televisión del mundo, mientra su Parlamento votaba a favor de mayor austeridad lo que, al igual que en el pasado, será insuficiente e inútil.

Peor aún, al avalar todavía como Ministra de Hacienda la propuesta de los bancos franceses para trocar “voluntariamente” bonos que venzan en los próximos tres años por nuevos instrumentos que emitiría Grecia, la señora Lagarde pierde la neutralidad indispensable en el líder del FMI para mediar imparcialmente entre los varios actores con intereses opuestos en este drama.

El mecanismo que se plantea para estos nuevos instrumentos es parecido al de los mal llamados Bonos Brady, bautizados así en honor del secretario del Tesoro de EU cuando México renegoció su deuda externa en 1989, quien no entendía cómo operarían los bonos que llevarían su nombre, a pesar de la didáctica cátedra del entonces flamante secretario de Hacienda Pedro Aspe.

A diferencia de los bonos Brady que representaron un alivio definitivo para México pues los mercados financieros confiaron en que eran una solución convincente para el problema de la deuda y el país accedió de nuevo a flujos voluntarios de crédito en los mercados globales, la propuesta francesa no resuelve el endeudamiento excesivo de Grecia.

La diferencia es que la solución planteada por la banca francesa tiene, entre otros problemas, tasas de interés en los nuevos bonos que resultan impagables, pero que efectivamente sí abaten el potencial impacto de la eventual suspensión de pagos para los bancos acreedores.

A sabiendas que sería elegida para dirigir el FMI, Lagarde no tuvo empacho en anunciar poco antes de la votación que la elevaría a dirigir el Fondo, la oferta de la banca de su país en lo que a todas luces es una estratagema para aliviar el aprieto de los bancos acreedores y no el del país que se hunde a ojos vistas.

¿Cuál va a ser la reacción política en las naciones que se aprietan el cinturón drásticamente e imponen sacrificios enormes a sus pobladores cuando se percaten que la nueva líder de la institución responsable de recatarlos diseñó un programa de salvamento para los bancos y no para los países?

Al mismo tiempo, ocurrió la resurrección del anterior jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn (DSK), cuando el caso en su contra por violar a una recamarera en un hotel de Nueva York, empezó a deshilvanarse al revelarse la biografía de la acusadora, quien ya había inventado antes ser víctima de crímenes sexuales.

De pronto, la posible candidatura presidencial de DSK por el partido Socialista francés resurgió cual ave Fénix, para alivio de sus dirigentes que no veían que ninguno de los candidatos alternativos para la elección del año próximo, tuviera posibilidad de vencer al actual mandatario Nicolás Sarkozy.

Lo que es realmente sorprendente es la torpeza extraordinaria del fiscal del Condado de Nueva York, Cyrus Vance –hijo del que fuera secretario de Estado de Jimmy Carter, del mismo nombre- que actuó con celeridad y ferocidad insólitas contra DSK al plantearse el caso, pero tardó seis semanas en reconocer que la credibilidad de la mucama querellante estaba en entredicho.

El antiamericanismo que está a flor de piel en la mayoría de los franceses, jugará a favor de DSK, pues muchos pensaron desde el principio que lo ocurrido a su paisano había sido una trampa urdida por los estadounidenses, y ello ahora se convertirá en la convicción generalizada.

Mientras tanto en Washington, a menos de un mes de la fecha límite para que el Congreso apruebe la ampliación del techo de la deuda pública que evite la suspensión de pagos, la oposición Republicana al gobierno de Barak Obama no está dispuesta a ceder un ápice en su exigencia que haya una mutilación radical del gasto y de que no se aumente un solo impuesto.

Me atrevo a pronosticar que DSK demandará a sus captores neoyorquinos por muchos millones de dólares, que será candidato y ganará la presidencia de Francia. Por su lado, el liderazgo de la señora Lagarde en el FMI pierde toda legitimidad por su parcialidad en favor de los bancos. Por último, el Congreso de EU ampliará el techo de la deuda pocos minutos antes de la fecha límite.

No comments:

Post a Comment